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Cómo saber si mi inquilino es moroso
Alquilar una vivienda es un negocio que puede ser muy fructífero, ya que mientras se recibe una renta mensual, la casa se puede revalorizar. Sin embargo, arrendar no está exento de riesgo, ya que te puedes topar con un moroso o, lo que es peor, con un moroso profesional. ¿Cómo detectarlos? Te lo explicamos.
Lo ideal es que, antes de alquilar una vivienda, consultes una base de datos de inquilinos morosos. Si no lo has hecho, no te preocupes, si algo no te cuadra, puedes hacerlo después y así preparar mejor una estrategia para defender tus intereses, en caso de que sea necesario.
Señales que alertan de un inquilino moroso
Sin embargo, no todos figuran en las bases de datos de inquilinos morosos. Puede que tu caso sea el primero. Pero hay unas señales y rasgos que les delatan. Estas son algunas de ellas:
No tiene referencias
Si el posible inquilino ha vivido de alquiler anteriormente y no tiene referencias de otros propietarios, algo no marcha bien. Esto probablemente indica que ha terminado mal con su antiguo arrendador. Y, aunque puede haber diversos motivos, uno de ellos puede que sea debido a la morosidad.
Pagar por adelantado
Esta es una señal de las más frecuentes y en las que más caen los propietarios. El posible inquilino ofrece pagar una cantidad por adelantado para demostrar que la solvencia no va a ser un problema.
Puede llegar a querer abonar cuatro o seis meses más de los estipulados, y eso genera cierta seguridad en el arrendador. Por eso utilizan esta táctica. Lamentablemente, lo cierto es que seguramente quien te esté ofreciendo ese avance sea un moroso profesional, no un inquilino responsable. En todos los casos, lo conveniente es ceñirse a las condiciones contractuales (fianza, mes en curso y mes de agencia, si procede).
Retraso en el pago de las rentas
Que tu inquilino se retrase en el pago de la mensualidad una vez, es comprensible. Pero si lo hace con frecuencia, deben saltar las alarmas. Además, si los retrasos empiezan a ser consecutivos, hay que actuar pronto.
No proporcionar la información y documentación necesaria
A la hora de escoger inquilino, siempre hay que solicitar información documentada sobre él. Con esto, se conocerá más su perfil, sus ingresos, su contrato de trabajo, etc. En el caso de varios candidatos, toda la información recabada será muy útil a la hora de decantarse por uno u otro. Si el interesado responde con evasivas, se muestra reticente o le faltan documentos, hay más que motivos para desconfiar. Puede que diga la verdad, pero cuántos menos riesgos se corran, mejor.
Evita profesionales
Si el posible inquilino quiere fijar el contrato sin ayuda profesional, puede indicar que esconde algo. Las agencias inmobiliarias están igual de interesadas que tú en que el alquiler salga bien, pues viven, en parte, del boca a boca de sus clientes. Y un cliente insatisfecho, significa menos retribución a la larga. No tiene por qué ser siempre así, pero si te dejas asesorar por una compañía inmobiliaria, como propietario reduces riesgos, ya que ellos velarán por ti.
Contratos de palabra
Un moroso querrá dejar por escrito lo menos posible para que su delito esté lo menos registrado. Lo mejor es hacer contratos por escrito y añadir las cláusulas que tú creas necesarias. Si te pide que quites alguna, no debes ceder, si ello supone un riesgo para ti.
No tiene propiedades
Otra pista que nos puede sugerir que estamos ante un moroso del alquiler es que el inquilino extrapole su estatus al resto de ámbitos. Por ejemplo, si no tiene propiedades, utiliza permanentemente un coche que no está a su nombre, etc. Es muy difícil de detectar, pero puede servir de referencia.
No querer pagar por transferencia
Si el pago de las mensualidades quieres que sea por transferencia bancaria, pero el posible inquilino se niega y solo quiere pagar en efectivo, puede levantar sospechas. Hoy en día todo el mundo tiene una cuenta en el banco. Las transferencias quedan registradas, el metálico no.
Todos estos puntos son pistas que pueden ayudar a la hora de detectar a un inquilino moroso. No siempre tiene por qué ser así, pero lo recomendable es correr los menos riesgos posibles para no verte envuelto en un auténtico quebradero de cabeza.
¿Cómo detectar un inquilino moroso?
Lo mejor es consultar bases de datos de morosidad inmobiliaria y general, el Registro de Impagados Judiciales, Badexcug y los ficheros de blanqueo de capitales y de aseguradoras. El fichero de registro de morosos de idealista busca en todos ellos.
¿Cómo consultar el Fichero de Inquilinos Morosos?
idealista permite consultar un fichero online de registro de inquilinos morosos que busca en más bases de datos que cualquier otro. Para ello, necesitas el DNI y la autorización del consultado, que si no tiene nada que esconder, no pondrá objeción.
¿Cómo saber si el futuro inquilino es moroso?
Hay señales que alertan de un potencial moroso. Las más comunes son: querer pagar más dinero por adelantado, no tener referencias de su antiguo alquiler y carecer de parte de la información y documentación requerida para hacer efectivo el contrato.
¿Cómo saber si un arrendatario es moroso?
La mejor forma de anticiparse ante un inquilino moroso es consultar bases de datos de inquilinos morosos. Si el contrato ya se ha efectuado, hay que prestar atención a las señales, tales como retrasos en el pago de las mensualidades y las excusas.
(fuente idealista.com 04032022)
Los trucos de los arrendadores en los contratos de alquiler para suavizar el impacto de la nueva LAU
Ya ha pasado prácticamente un año desde que entró en vigor la nueva ley del alquiler. Una normativa que introdujo varios cambios sustanciales en los contratos. Dos de los más conocidos son la ampliación de la duración de los contratos y la vinculación de la aactualización interanual de la renta al IPC.
Recordemos que la nueva normativa eleva de tres a cinco años la duración de los contratos cuando el arrendador es una persona física y a siete años en el caso de que el casero sea una empresa. En lo que se refiere a la renta, la subida está vinculada a la evolución del IPC, en un intento por evitar que los propietarios pierdan poder adquisitivo.
Sin embargo, los expertos tiran de refranero popular y recuerdan que “hecha la ley, hecha la trampa”. De hecho, se están produciendo algunos casos muy concretos de ‘triquiñuelas’ que utilizan los caseros para esquivar las imposiciones y limitaciones de la normativa, como por ejemplo ampliar el tamaño de la vivienda para que no se pueda aplicar la LAU, empezar a cobrar el garaje a partir del cuarto año o inventarse causas de necesidad para recuperar la propiedad. Resumimos cinco de los trucos que están detectando los expertos:
“En viviendas grandes que no llegan a los 300m2 (muchos chalecitos adosados de los alrededores de Madrid) pero que se acercan a esa superficie, se obliga a poner en los contratos que las viviendas tienen esa superficie (incluso metiendo superficies de la parcela u otras no habitables) con el fin de que se puedan considerar como arrendamientos de viviendas suntuarias y no les sea de aplicación el régimen de prórrogas obligatorias de la LAU”, explica a idealista/news José Ramón Zurdo, Director General de la Agencia Negociadora del Alquiler.
En estos casos, continúa, “los alquileres se van renovando por tácita reconducción anualmente en función de cómo se haya determinado el pago de las rentas y así los propietarios saben que la duración de los alquileres sólo va a depender de ellos y que cada año van a poder recuperar sus viviendas. El problema que plantea esta forma de actuar es que no se puede subir la renta, aunque sí actualizarla”.
(FUENTE IDEALISTA.COM)
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