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Tasa de basuras 2025: ¿debe pagarla el propietario o el inquilino?
Con la aplicación de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular -que transpone la Directiva 2008/98/CE del Parlamento Europeo-, los ayuntamientos están obligados a implantar una tasa específica por la recogida y gestión de residuos urbanos. Su finalidad es cubrir el coste real del servicio, y su cobro está comenzando a generalizarse en 2025 en muchas ciudades españolas.
¿Cuándo se devenga la tasa?
El devengo de esta tasa se produce el 1 de enero de cada año, momento en que se inicia el periodo impositivo. El hecho imponible es la prestación del servicio de recogida, gestión y tratamiento de residuos, que afecta tanto a viviendas residenciales como a locales y oficinas. Hasta ahora, muchos municipios no cobraban esta tasa de manera independiente, al considerarse integrada en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Pero, con la nueva normativa, los consistorios están emitiendo recibos específicos. Y es entonces cuando surge la gran duda: ¿quién debe pagarla si la vivienda está alquilada, el propietario o el inquilino?
El momento del contrato es clave
Dado que el devengo se produce el 1 de enero, lo primero que debe analizarse es la fecha del contrato de arrendamiento. Si el contrato se firmó después de esa fecha, parece razonable entender que el pago del ejercicio en curso corresponde al propietario, salvo pacto en contrario. Trasladar el pago íntegro al inquilino por un periodo anterior a la ocupación podría considerarse abusivo, siendo más equilibrado un pacto prorrateado (“prorrata temporis”), según la fecha de entrada en la vivienda.
Quién es el sujeto pasivo según la ley
La Ley 7/2022 establece que el sujeto pasivo de la tasa es quien se beneficia del servicio. En un inmueble arrendado, ese beneficiario es el inquilino, que genera los residuos y se aprovecha directamente de la recogida. Por tanto, si la vivienda ya estaba alquilada a 1 de enero de 2025, la obligación de pago recaería sobre el arrendatario.
Qué dice la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU)
El artículo 20 de la LAU permite que propietario e inquilino pacten la repercusión de determinados gastos: “Las partes podrán pactar que los gastos generales para el adecuado sostenimiento del inmueble, sus servicios, tributos, cargas y responsabilidades que no sean susceptibles de individualización y que correspondan a la vivienda arrendada o a sus accesorios, sean a cargo del arrendatario".
Y añade: "Para su validez, este pacto deberá constar por escrito y determinar el importe anual de dichos gastos a la fecha del contrato".
Aunque el texto no menciona expresamente la tasa de basuras, se trata de un tributo y si estaría incluida dentro de este concepto, pero el resto del texto no parece referirse a ella, cuando sigue diciendo “que no sean susceptibles de individualización y que correspondan a la vivienda arrendada”. Digo esto porque la tasa de residuos si está individualizada para cada vivienda, por lo que podría argumentarse que no está sujeta a los requisitos del artículo 20 de la LAU y, por tanto, si podría repercutirse a los inquilinos, incluso si el contrato no lo recogiera expresamente, salvo que este les exonere del pago o se aprecie claramente que le corresponde al arrendador.
El dilema de los contratos anteriores a 2025
Evidentemente, en los contratos de arrendamiento donde se haya recogido el pacto de repercusión no hay ninguna duda de que la repercusión al inquilino es válida, incluso en el supuesto de arrendamientos anteriores al 2025 donde se hubiera previsto la repercusión al inquilino de cualquier tasa que gravara la ocupación, pero no se hubiera recogido el importe de la tasa al no estar todavía en vigor. El debate se complica en los contratos firmados antes de 2025, cuando esta tasa aún no existía y, por tanto, no pudo preverse su repercusión.
En estos casos, algunas interpretaciones sostienen que el pago corresponde al propietario, mientras que otras lo atribuyen al inquilino, al ser quién se beneficia del servicio. Como suele ocurrir, las opiniones varían según el colectivo que se consulte: asociaciones de propietarios, de inquilinos o de gestores inmobiliarios.
La interpretación más razonable
De acuerdo con la normativa vigente y lo expuesto anteriormente, mi opinión, por supuesto sujeta a una mejor fundamentación, es que por el mero hecho de ser los inquilinos los contribuyentes beneficiarios del servicio, también estarían obligados al pago de la tasa, aunque no se hubiera establecido en el contrato, salvo que el contrato disponga lo contrario o permita interpretar que el arrendador asume ese gasto.
Esta conclusión, al menos en Madrid, se apoya en dos fundamentos:
Conclusión: mejor dejarlo por escrito
Aunque el tema probablemente generará futuras resoluciones judiciales, la recomendación más prudente por ahora es incluir una cláusula expresa en los contratos de arrendamiento que determine quién asume la tasa de residuos Urbanos, conforme a los requisitos que establece el artículo 20 de la LAU.
Así, tanto propietarios como inquilinos evitarán conflictos y sabrán con claridad quién debe pagar este nuevo tributo, que todo indica ha llegado para quedarse.
(fuente idealista.com 17 Noviembre 2025)
¿Puede ser presidente de la comunidad un inquilino?
Ser presidente de una comunidad de propietarios no es plato de buen gusto para muchos vecinos
Ser presidente de una comunidad de propietarios no es plato de buen gusto para muchos vecinos; hay quien busca razones para pasarle la pelota a otro propietario, incluso a su inquilino. ¿Sería esto posible, podría ser presidente de la comunidad un inquilino? Esto es lo que dice la ley al respecto.
¿Puede un inquilino ir a las juntas y votar?
Empecemos por lo primero, ¿puede un inquilino que no es propietario de ninguna vivienda o local en la comunidad ir a las juntas y tener derecho a voto? La junta de propietarios es el órgano de poder de los propietarios de los inmuebles en una comunidad. Sin embargo, en ocasiones, es el inquilino quien, al vivir en el edificio, muestra más interés en participar en las decisiones del edificio o urbanización.
Según el artículo 15.1 de la Ley de Propiedad Horizontal (LPH), las reuniones de la comunidad están reservadas a los propietarios, quienes pueden asistir personalmente o mediante un representante, que puede ser un tercero, incluso un inquilino, si el propietario le otorga la representación.
Para que el inquilino asista a las juntas en lugar del propietario, este último debe enviar un escrito firmado en el que se le autoriza, reflejando su nombre, apellidos, DNI y el inmueble que representa.
Hay que señalar que no pueden asistir y participar simultáneamente el propietario y el inquilino. El representante tendrá derecho a voto y a intervenir en los debates, pero si el arrendatario solo quiere asistir para estar informado, el propietario puede permitirle acceder como oyente, sin derecho a voto.
¿Puede un inquilino ser elegido presidente de la comunidad?
En cuanto al cargo de presidente, el artículo 13.2 de la Ley de Propiedad Horizontal establece que “el presidente será nombrado, entre los propietarios, mediante elección o, subsidiariamente, mediante turno rotatorio o sorteo. El nombramiento será obligatorio, si bien el propietario designado podrá solicitar su relevo al juez dentro del mes siguiente a su acceso al cargo, invocando las razones que le asistan para ello […]”.
Por tanto, solo un propietario puede ser elegido presidente, ya sea por elección, turno rotatorio o sorteo. El nombramiento es obligatorio, aunque el designado puede solicitar su relevo por vía judicial si existen razones justificadas.
En resumen, un inquilino puede representar al propietario en las juntas y participar en las decisiones, pero no puede ser elegido presidente ni ejercer las funciones del mismo, ya que la ley reserva ese rol exclusivamente para los propietarios. Quedan exentas de asumir la presidencia todas las personas que viven de alquiler o que son ajenas a la comunidad de propietarios.
¿Y puede ser presidente el propietario de un piso alquilado?
Una de las razones por las que un propietario puede rechazar ser presidente de la comunidad es que tenga su piso alquilado. Al no residir en la comunidad, no está al tanto de los asuntos de interés y las necesidades de la misma, lo que podría alegar para evitar el cargo.
(Fuente idealista.com 13092024)
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